INFORMACIÓN GENERAL

El plasma rico en plaquetas (PRP) es un preparado que proviene de la sangre y que contiene diversos factores de crecimiento que pueden ayudar a sanar los tejidos dañados de tu cuerpo.

La sangre se compone de plasma, glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Las plaquetas desempeñan muchas funciones en el cuerpo humano, la más conocida de ellas es su participación en la coagulación de la sangre. Además, las plaquetas almacenan diferentes elementos (como citoquinas y diversos factores de crecimiento) que son liberados cuando se produce una herida en algún tejido del cuerpo. Estos elementos intervienen en la curación natural de los tejidos dañados (participan en las 3 fases del proceso de curación: la inflamación, proliferación y remodelado). 

El PRP es un suero que proviene de la sangre del propio paciente. Se extraerá una muestra de sangre del paciente (de manera similar a un análisis de sangre) y mediante una máquina se centrifugará esta muestra a altas velocidades consiguiendo separar los componentes de la sangre. En este momento se extraerá una porción de plasma con una cantidad elevada de plaquetas y se procederá a la infiltración en la zona lesionada a tratar.

Para que el plasma pueda considerarse plasma rico en plaquetas debe contener una cantidad de plaquetas de tres a cinco veces más concentradas en comparación con los valores de la sangre del cuerpo humano.

De esta manera, el plasma rico en plaquetas posee una gran cantidad de plaquetas que contienen los elementos (factores de crecimiento) que intervienen en la curación de los tejidos dañados. El objetivo es, por tanto, estimular la curación y la regeneración de los tejidos para que recuperen su función original tras haber sufrido una lesión.

No, según las recomendaciones actuales el ciclo completo de tratamiento con PRP consistirá en 3 sesiones de infiltración separadas cada una de ellas una semana entre sí.

¿Qué patologías tienen indicación para el tratamiento con PRP?

La terapia con PRP está indicada y se utiliza en una gran cantidad de patologías donde los servicios implicados son, fundamentalmente, Traumatología, Cirugía Maxilofacial, Cirugía Plástica y Medicina Física y Rehabilitación.

En concreto, en el servicio de Medicina Física y Rehabilitación, las patologías en las que se utiliza la terapia con PRP son:

– Patología del hombro:

  • Lesión crónica de los tendones del manguito rotador (Supraespinoso, infraespinoso, subescapular y redondo menor).
  • Roturas parciales de los tendones del manguito rotador.

– Patología del codo:

  • Epicondilitis lateral/medial.

– Patología de la rodilla:

  • Dolor por artrosis de rodilla.
  • Dolor por lesión del cartílago rotuliano en paciente joven.
  • Lesión crónica en el tendón rotuliano.

– Patología del pie:

  • Lesión del tendón aquíleo.
  • Fascitis plantar.

    ¿Cuándo está contraindicado el uso de PRP?

    Su médico se encargará de verificar que se cumplen con los requisitos necesarios para llevarse a cabo la terapia con PRP.

    De todas formas, se enumeran a continuación una serie de contraindicaciones relativas para el uso de PRP:

    • Niveles bajos de plaquetas (< 105/μL).
    • Hemoglobina < 10 g / dL.
    • Embarazo.
    • Trastornos en la coagulación de la sangre.
    • Tratamiento con anticoagulantes o antiagregantes.
    • Presencia de tumor en el lugar de la lesión.
    • Enfermedad metastásica.
    • Infección activa (VHB, VHC, VIH, sífilis…).

    El objetivo de la terapia con PRP es lograr la curación de la patología a tratar. Sin embargo, el tratamiento no siempre es eficaz, por lo que no se puede garantizar la resolución de la patología tratada. En algunas ocasiones solo se consigue un alivio sintomático y un porcentaje de pacientes no experimentan cambios en la evolución de la patología.

    El éxito del tratamiento depende de muchas variables entre las que se encuentran: el tipo y la localización de la patología a tratar, si la lesión es reciente, la salud general del paciente y la preparación y calidad del PRP.

    Las infiltraciones con PRP utilizan las propias células del paciente, lo que significa que son seguras y no transmiten enfermedades, ya que provienen del cuerpo del propio paciente. Al estar hechas con la sangre del paciente se elimina el riesgo de reacciones alérgicas o respuestas inmunológicas.

    Entre las preocupaciones de los pacientes se encuentran la posibilidad de contraer infecciones o el daño en las venas, sin embargo, estos problemas son infrecuentes. La probabilidad de contraer una infección por una inyección de PRP es muy baja, menos del 1%.

    El efecto secundario más común es el dolor cerca del lugar de la infiltración, lo cual es transitorio y suele desaparecer en pocos días.